Información adicional
Peso | N/D |
---|---|
Dimensiones | N/D |
Formatos | ePub, Papel |
De las antiguas gentes del Perú
190 páginas
“Para que se tenga noticia de los dioses que aquellas tan infinitas naciones tenían y adoraban, es de tomar por regla general, que por todo aquello que se sabe de aquella vastísima Tierra Firme, al menos desde la Nueva España y atrás mucha tierra de la Florida y de la de Cíbola, y adelante hasta los reinos del Perú inclusive, todos veneraban el Sol y estimaban por el mayor y más poderoso y digno de los dioses, y a éste dedicaban el mayor y más sumptuoso y rico y mejor templo, como parece por aquel grandísimo y riquísimo templo de la ciudad del Cuzco, y otros en el Perú. El cual en riquezas nunca otro en el mundo se vido, ni en sueños se imaginó, por ser todo vestido de dentro, paredes y el suelo, y el cielo o lo alto dél, de chapas de oro y de plata, entretegidas la plata con el oro, no piezas de a dos dedos en el tamaño ni delgadas como tela de araña, sino de a vara de medir, y de ancho de a palmo y de dos palmos, gruesas de a poco menos que media mano, y de media y de una arroba de peso.”
Le recomendamos …

Actualidad y vigencia del Barroco

40 años de historia de las Empresas de Participación

Cartas a Eloísa y otra correspondencia

Analectas

De Gabo a Mario. La estirpe del boom

Ecoliberalismo. ¡Hay alternativas al capitalismo!

Círculo de esta luz. Crítica y poética

Diario íntimo de la revolución española

Dialogía, parodia y carnaval en Don Quijote de la Mancha

Cartas desde una soledad

Desde el fracaso: narrativas del Caribe insular hispano en el siglo XXI

Boom y postboom. Desde el nuevo siglo: impacto y recepción

Diálogos culturales en la literatura iberoamericana

Calipso eclipsada. El teatro de Cervantes

Claves del pensamiento martiano

Cómo leer a Delmira Agustini: algunas claves críticas

Alejo Carpentier: Un siglo entre luces

Cuba, poesía, arte y sociedad

Cuba, tres exilios. Memorias indóciles

Cartas de Carpentier
190 páginas
“Para que se tenga noticia de los dioses que aquellas tan infinitas naciones tenían y adoraban, es de tomar por regla general, que por todo aquello que se sabe de aquella vastísima Tierra Firme, al menos desde la Nueva España y atrás mucha tierra de la Florida y de la de Cíbola, y adelante hasta los reinos del Perú inclusive, todos veneraban el Sol y estimaban por el mayor y más poderoso y digno de los dioses, y a éste dedicaban el mayor y más sumptuoso y rico y mejor templo, como parece por aquel grandísimo y riquísimo templo de la ciudad del Cuzco, y otros en el Perú. El cual en riquezas nunca otro en el mundo se vido, ni en sueños se imaginó, por ser todo vestido de dentro, paredes y el suelo, y el cielo o lo alto dél, de chapas de oro y de plata, entretegidas la plata con el oro, no piezas de a dos dedos en el tamaño ni delgadas como tela de araña, sino de a vara de medir, y de ancho de a palmo y de dos palmos, gruesas de a poco menos que media mano, y de media y de una arroba de peso.”
De las antiguas gentes del Perú
Peso | N/D |
---|---|
Dimensiones | N/D |
Formatos | ePub, Papel |
Le recomendamos …

Ciencia y poder en Cuba. Racismo, homofobia, nación (1790-1970)

Cartas desde una soledad

Ana María Fagundo. Texto y contexto de su poesía

Claves del pensamiento martiano

Cómo leer a Delmira Agustini: algunas claves críticas

Cuba Cronología. Cinco siglos de historia, política y cultura


Cartas de Severo Sarduy

Como un motor de avión: Biografía literaria de Enrique Jardiel Poncela
