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Peso | 0,206 g |
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Dimensiones | 21 × 0,4 × 21 mm |
Formatos | Digital, Papel |
Diego Velázquez: El hombre que retrataba el aire
328 páginas
Desde el taller de pintura del sevillano Francisco Pacheco, donde Velázquez conociera a Juanita, hija del artista, la mujer de su vida, el mayor genio del arte pictórico que ha producido el orbe, un hombre capaz de retratar el aire, nos cuenta su vida. De Sevilla se llevó a la corte una compañera fiel y a Juan Pareja, el esclavo que comprara en las gradas de la catedral. Ya en Madrid se hizo con el favor del rey Felipe IV, admirado de su arte, coincidió con Pedro Pablo Rubens, retrató a los principales personajes de la villa y realizó su primer viaje a Italia. A raíz de la muerte a los dieciséis años del príncipe Baltasar Carlos, el heredero de la corona, un desconsolado Carlos IV le mandó de nuevo a Italia, esta vez para comprar arte. En Roma pintó su fabulosa Venus del espejo, que es su amante Flaminia Triva, la cual le dio un hijo, Antonio Silva Triva, al que reconoció y dio su apellido. Ya de vuelta produjo la pintura más prodigiosa jamás pintada: Retrato de la infanta Margarita con sus damas y una enana, conocido como Las Meninas, el retrato de la familia real centrado en la infanta Margarita a los cinco años, una niña hecha de seda y sueños, que parece levitar y ser etérea, pudiendo respirarse su mismo aire, semejando que va a salir del cuadro o entrar nosotros dentro para habitarlo. Cansado de pintar maravilla tras maravilla, nombrado caballero de la Orden de Santiago, que fuera su ilusión, Diego de Silva y Velázquez murió en Madrid, de la viruela, a los sesenta y un años de edad. Su mujer, que no le abandonó en la cruel enfermedad, se contagió y le siguió al sepulcro seis días después.
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328 páginas
Desde el taller de pintura del sevillano Francisco Pacheco, donde Velázquez conociera a Juanita, hija del artista, la mujer de su vida, el mayor genio del arte pictórico que ha producido el orbe, un hombre capaz de retratar el aire, nos cuenta su vida. De Sevilla se llevó a la corte una compañera fiel y a Juan Pareja, el esclavo que comprara en las gradas de la catedral. Ya en Madrid se hizo con el favor del rey Felipe IV, admirado de su arte, coincidió con Pedro Pablo Rubens, retrató a los principales personajes de la villa y realizó su primer viaje a Italia. A raíz de la muerte a los dieciséis años del príncipe Baltasar Carlos, el heredero de la corona, un desconsolado Carlos IV le mandó de nuevo a Italia, esta vez para comprar arte. En Roma pintó su fabulosa Venus del espejo, que es su amante Flaminia Triva, la cual le dio un hijo, Antonio Silva Triva, al que reconoció y dio su apellido. Ya de vuelta produjo la pintura más prodigiosa jamás pintada: Retrato de la infanta Margarita con sus damas y una enana, conocido como Las Meninas, el retrato de la familia real centrado en la infanta Margarita a los cinco años, una niña hecha de seda y sueños, que parece levitar y ser etérea, pudiendo respirarse su mismo aire, semejando que va a salir del cuadro o entrar nosotros dentro para habitarlo. Cansado de pintar maravilla tras maravilla, nombrado caballero de la Orden de Santiago, que fuera su ilusión, Diego de Silva y Velázquez murió en Madrid, de la viruela, a los sesenta y un años de edad. Su mujer, que no le abandonó en la cruel enfermedad, se contagió y le siguió al sepulcro seis días después.
Diego Velázquez: El hombre que retrataba el aire
Peso | 0,206 g |
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Dimensiones | 21 × 0,4 × 21 mm |
Formatos | Digital, Papel |
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