Información adicional
| Peso | N/D |
|---|---|
| Dimensiones | N/D |
| Formatos | Digital, Papel |
El reino del abuelo
78 páginas
Mi padre, el poeta cubano Eliseo Diego, vivió los primeros nueve años de su vida en una casa con un jardín muy lindo. Esta casa, “Villa Berta”, se encontraba en un pueblecito en las afueras de la ciudad de La Habana, en Arroyo Naranjo, y era propiedad de sus padres, el asturiano Constante de Diego González y la habanera Berta Fernández-Cuervo y Giberga. Con la crisis económica y financiera de 1929 mi abuelo, que era el dueño de una pequeña joyería y mueblería, La Casa Borbolla, quebró y tuvieron que irse a la ciudad y alquilar la finca. Mi madre, Bella García-Marruz, quería que sus hijos crecieran en ese jardín donde mi padre había sido tan feliz. En 1953 regresamos a “Villa Berta”, y allí vivimos desde muy chiquitos hasta 1968, fecha en que tuvimos que dejar la finca, ya definitivamente. Los domingos se reunía toda la familia, iban los primos. También visitaban amigos de la familia, muchos eran escritores, como mi padre y mis tíos, Cintio Vitier y Fina García Marruz. Algunos de los integrantes de lo que en Cuba se conoció como el “Grupo Orígenes” se reunían en encuentros dominicales inolvidables. Fue alrededor de 1991 que comencé a escribir estos recuerdos, con mucho temor, pues nunca antes había escrito nada. Pero yo sentía que el libro ya estaba escrito, era como un rumor que yo tenía en mi cabeza, un rumor que me acompañaba, que habitaba ahí, era un poco como el rumor del mar, cuando está tranquilo, un rumor de palabras. Y decidí llevar esos recuerdos al papel, con la mayor transparencia posible, para guardar y proteger ese mundo familiar, los juegos, las fiestas, las navidades, como si al escribirlos pudiera preservar para siempre aquellos momentos tan queridos para mí.
Josefina de Diego
Video Presentación en Centro de Arte Moderno – Pio Serrano y Anabel Rodríguez
Video Presentación en Centro de Arte Moderno – Josefina De Diego
Video Presentación en Centro de Arte Moderno – Documental Josefina De Diego
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78 páginas
Mi padre, el poeta cubano Eliseo Diego, vivió los primeros nueve años de su vida en una casa con un jardín muy lindo. Esta casa, “Villa Berta”, se encontraba en un pueblecito en las afueras de la ciudad de La Habana, en Arroyo Naranjo, y era propiedad de sus padres, el asturiano Constante de Diego González y la habanera Berta Fernández-Cuervo y Giberga. Con la crisis económica y financiera de 1929 mi abuelo, que era el dueño de una pequeña joyería y mueblería, La Casa Borbolla, quebró y tuvieron que irse a la ciudad y alquilar la finca. Mi madre, Bella García-Marruz, quería que sus hijos crecieran en ese jardín donde mi padre había sido tan feliz. En 1953 regresamos a “Villa Berta”, y allí vivimos desde muy chiquitos hasta 1968, fecha en que tuvimos que dejar la finca, ya definitivamente. Los domingos se reunía toda la familia, iban los primos. También visitaban amigos de la familia, muchos eran escritores, como mi padre y mis tíos, Cintio Vitier y Fina García Marruz. Algunos de los integrantes de lo que en Cuba se conoció como el “Grupo Orígenes” se reunían en encuentros dominicales inolvidables. Fue alrededor de 1991 que comencé a escribir estos recuerdos, con mucho temor, pues nunca antes había escrito nada. Pero yo sentía que el libro ya estaba escrito, era como un rumor que yo tenía en mi cabeza, un rumor que me acompañaba, que habitaba ahí, era un poco como el rumor del mar, cuando está tranquilo, un rumor de palabras. Y decidí llevar esos recuerdos al papel, con la mayor transparencia posible, para guardar y proteger ese mundo familiar, los juegos, las fiestas, las navidades, como si al escribirlos pudiera preservar para siempre aquellos momentos tan queridos para mí.
Josefina de Diego
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| Formatos | Digital, Papel |
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