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Peso | N/D |
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Dimensiones | N/D |
Formatos | Digital, Papel |
El hijo del lobo
108 páginas
Jack London, joven de veintiún años que se ganaba la vida con la pesca clandestina de ostras en la bahía de San Francisco, decidió probar suerte y se embarcó en el vapor Umatilla rumbo al valle del Klondike, en la lejana Alaska, seducido por las noticias que traían algunos aventureros sobre la aparición de vetas de oro en tan inhóspito lugar. A la llegada del invierno, London y los dos amigos que lo acompañan acampan en una cabaña abandonada junto a la desembocadura del río Stewart. En estas tierras (paralelo 68, latitud norte) las condiciones de vida son terriblemente duras. El «silencio blanco» es impresionante, las temperaturas glaciales y la soledad total. El «hijo del lobo» (tal como llamaban los indios de Alaska al hombre blanco) no encontró oro, pero el tesoro de las intensas experiencias vividas en el Gran Norte (la eterna lucha por la supervivencia de animales y hombres), inspirarían los primeros relatos del escritor, reunidos en este volumen (El hijo del lobo, 1900), e iniciarían una prolífica carrera literaria que le deparó mayor fama y riqueza que el descubrimiento de cualquier mina de oro.
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108 páginas
Jack London, joven de veintiún años que se ganaba la vida con la pesca clandestina de ostras en la bahía de San Francisco, decidió probar suerte y se embarcó en el vapor Umatilla rumbo al valle del Klondike, en la lejana Alaska, seducido por las noticias que traían algunos aventureros sobre la aparición de vetas de oro en tan inhóspito lugar. A la llegada del invierno, London y los dos amigos que lo acompañan acampan en una cabaña abandonada junto a la desembocadura del río Stewart. En estas tierras (paralelo 68, latitud norte) las condiciones de vida son terriblemente duras. El «silencio blanco» es impresionante, las temperaturas glaciales y la soledad total. El «hijo del lobo» (tal como llamaban los indios de Alaska al hombre blanco) no encontró oro, pero el tesoro de las intensas experiencias vividas en el Gran Norte (la eterna lucha por la supervivencia de animales y hombres), inspirarían los primeros relatos del escritor, reunidos en este volumen (El hijo del lobo, 1900), e iniciarían una prolífica carrera literaria que le deparó mayor fama y riqueza que el descubrimiento de cualquier mina de oro.
El hijo del lobo
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