Información adicional
| Peso | N/D |
|---|---|
| Dimensiones | N/D |
| Formatos | Digital, Papel |
Autobiografía
238 páginas
“Y partiendo de los atributos de Dios, su sabiduría, bondad y poder infinitos, llegaba a la conclusión de que en el mundo no podía haber nada malo, que el vicio y la virtud no eran más que conceptos vacíos, no me parecía estar tan en lo cierto como antaño pensaba y empecé a dudar de si no se habría deslizado en mi argumentación algún error no percibido como tal, que habría infectado todo lo siguiente, como suele ocurrir en los razonamientos metafísicos. Llegué a convencerme de que la verdad, la sinceridad y la integridad en las relaciones de unos hombres con otros eran lo más importante para ser felices y me hice el firme propósito, del que dejé constancia por escrito (todavía puede verse en mi Diario), de practicar dichas virtudes mientras viviera. La revelación en sí me importaba poco. Mi razón parecía indicarme que, en efecto, algunas acciones podrían no ser malas porque la revelación las condenara, o buenas porque las prescribiera, sino que probablemente sucedía lo contrario, que las condenaba porque eran malas para el hombre o las prescribía porque eran buenas, teniendo en cuenta la propia naturaleza de esas acciones. Y este convencimiento, junto con la ayuda de la Providencia o algún ángel de la guarda o de circunstancias y situaciones favorables, o de todas esas cosas a la vez, me libraron de cometer (a lo largo de la peligrosa época de la juventud y en medio de las azarosas circunstancias en que a veces me vi, rodeado de extraños y sin el consejo y la vigilancia de mi padre), me libraron decía, de cometer deliberadamente injusticias o inmoralidades graves, como tal vez hubiera podido esperarse de mi falta de creencias religiosas.”
Le recomendamos …
Caldeirão
Adiós, primos
Artapatis, el persa
Cocina cómica
Animal humano
Don Felipe, el Prudente
El abra del Yumurí
El conde de Montecristo
Cuentos de nunca acabar. Mis mejores cuentos
Adagio con fugas y ciertos afectos
El oscuro oleaje de los días
El ángel de Sodoma
El baile de los delfines
Detrás de las colinas
Basado en hechos surrealistas. El mundo de Custodio. Libro II
Annika desnuda
Callejones de Arbat
El caso Lovental
Cuando mueren los delfines
De conventos, cárceles y castillos
238 páginas
“Y partiendo de los atributos de Dios, su sabiduría, bondad y poder infinitos, llegaba a la conclusión de que en el mundo no podía haber nada malo, que el vicio y la virtud no eran más que conceptos vacíos, no me parecía estar tan en lo cierto como antaño pensaba y empecé a dudar de si no se habría deslizado en mi argumentación algún error no percibido como tal, que habría infectado todo lo siguiente, como suele ocurrir en los razonamientos metafísicos. Llegué a convencerme de que la verdad, la sinceridad y la integridad en las relaciones de unos hombres con otros eran lo más importante para ser felices y me hice el firme propósito, del que dejé constancia por escrito (todavía puede verse en mi Diario), de practicar dichas virtudes mientras viviera. La revelación en sí me importaba poco. Mi razón parecía indicarme que, en efecto, algunas acciones podrían no ser malas porque la revelación las condenara, o buenas porque las prescribiera, sino que probablemente sucedía lo contrario, que las condenaba porque eran malas para el hombre o las prescribía porque eran buenas, teniendo en cuenta la propia naturaleza de esas acciones. Y este convencimiento, junto con la ayuda de la Providencia o algún ángel de la guarda o de circunstancias y situaciones favorables, o de todas esas cosas a la vez, me libraron de cometer (a lo largo de la peligrosa época de la juventud y en medio de las azarosas circunstancias en que a veces me vi, rodeado de extraños y sin el consejo y la vigilancia de mi padre), me libraron decía, de cometer deliberadamente injusticias o inmoralidades graves, como tal vez hubiera podido esperarse de mi falta de creencias religiosas.”
Autobiografía
| Peso | N/D |
|---|---|
| Dimensiones | N/D |
| Formatos | Digital, Papel |
Le recomendamos …
Annika desnuda
El abra del Yumurí
Aventuras del soldado desconocido cubano
Confesiones
Dime quién fui
Adagio con fugas y ciertos afectos
Callejones de Arbat
Clamor de las altas tierras
Cañas y barro








