William Wilkie Collins (Londres, 1824 - 1889) era hijo de Harriet Geddes y del pintor William Collins y, aunque estudió pintura y Derecho en el Lincoln’s Inn, nunca ejerció como abogado, ya que se dedicó por completo a la literatura. Después de escibir una biografía de su padre en 1848 publicó la novela histórica Antonina o la caída de Roma, a la que siguio Basil (1852), un libro que recibió los halagos de Charles Dickens, a quien le unía una estrecha amistad. Después publicó libros de relatos y novelas, como La vida de un perillán (1856), La reina de corazones (1859) o La piedra lunar (1868), uno de los primeros libros de detectives de la literatura inglesa.

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