Wattles nació en los Estados Unidos poco antes la guerra civil americana, experimentó mucha pobreza en sus años, y comenzó más adelante a estudiar la varias creencias religiosas y filosóficas del mundo, incluyendo a Descartes, Spinoza, Leibniz, de Schopenhauer, de Hegel, de Swedenborg, de Rafael Waldo Emerson, y de otros. La mayor influencia directa en el pensamiento de Wattles, fuera de los libros que él leyó, vino en 1896 en Chicago, cuando atendió “a una convención de reformadores” y encontró a George Davis Herron, ministro de la Iglesia de la Congregación y profesor del cristianismo aplicado en la universidad de Grinnell que entonces atraía la atención a escala nacional predicando una forma de socialismo cristiano. Luego Wattles se transformó en un visionario social y comenzó después de eso a exponer sobre lo que Florencia llamó “el mensaje social maravilloso de Jesús.” Él contemporáneamente había adquirido una posición en la iglesia metodista, pero, según Florencia, lo expulsaron para su “herejía”. Wattles fue asociado a la escuela del Nuevo Pensamiento, basada en Chicago, que se centró alrededor de las enseñanzas de Emma Curtis Hopkins. Con su estudio y experimentación personales él demandó haber descubierto la verdad de los nuevos principios del pensamiento y ponerlos en práctica en su propia vida y escribió los libros que contorneaban estos principios. Wattles practicó la técnica de la visualización creativa y, como su hija Florencia relataba, “él escribió casi constantemente. Era entonces que él formó su cuadro mental. Él se vio como escritor acertado, una personalidad de energía, un hombre de avance, y lo comenzó a trabajar hacia la realización de esta visión. Él vivió cada página… que su vida era verdaderamente la vida poderosa.”