Reseña de «Relato de Ceniza», de Maryse Renaud en Mediaisla.net

La ciudad de Saint Pierre en Martinica fue arrasada por las lavas del vocal del Monte Pelado en 1902. Este acontecimiento, que constituye un lugar en la memoria y en la historia oficial de la isla, sirve como punto de arranque para desatar un trozo de la vida por los antillanos, tan acostumbrados a los huracanes y a los otros desastres imperiales que se han sucedido en el decurso de su historia.

El personaje principal de esta novela es un pobre hombre que, antes de que la naturaleza desatara la máquina infernal del fuego y el agua, había estado en la cárcel. Viene de los barrios bajos del puerto y era un protegido del padre Frank, un cura interesante que se mueve en la sociedad en una vida muy cercana a la realidad de nuestra propia religiosidad. Ciparis es un personaje que actúa dentro de la ‘actancia’ de la ciudad destruida y es el último sobreviviente de la catástrofe que, a través de su historia personal y su relación con otros relatos, se que busca construir como un héroe.

A través de las secuencias narrativas que refieren al personaje, el narrador extradiegético va mostrando las fisuras de la sociedad martiniquesa, muy parecida a las sociedades caribeñas, pero con las particularidades del Caribe francés. Por un lado, la relación entre la colonia y la metrópoli, el Caribe y Europa. Las clases burguesas y las proletarias, los de abajo y los de arriba. La relación geográfica entre el norte y el sur. La política colonial y los intermediarios locales son sus imposturas, su falta de acción positiva a favor de la resolución de los problemas que la vida cotidiana les depara y con mayor acentuación en los momentos de una catástrofe como la destrucción de la ciudad de Saint Pierre.

Se destaca, en primer lugar, la relación racial. El discurso de la obra muestra las fisuras raciales. Se representa las luchas de las clases y los prejuicios por el color de la piel. Se echa de ver el predominio de los mulatos frente a los negros, lo que hace una sociedad sumamente compleja en la medida en que está dividida en los de aquí y los de allá, los blancos y los negros como asimetría y los mulatos, con el otro intermediario racial. Esta particularidad es de suma importancia para ver cómo se desatan los discursos y se legitiman las acciones de los personajes. Cabe mencionar también la lucha entre lo clerical y lo político, muy propio de la Revolución francesa. Creo que las secuencias en las que se describen los actantes religiosos, como los dos curas, muestra las prácticas religiosas de los de arriba asumida por los de abajo. Una iglesia católica en crisis mientras las demás manifestaciones afroantillanas prácticamente no aparecen. Solo el ‘criollo’ como idioma de las masas iletradas asoma como una alternancia mal recibida. En fin, gracias a la educación francesa eurocéntrica, los elementos afroantillanos aparecen simbolizados en el color de la piel, en la relación de oposición clasista.

Si bien el personaje se legitima por haber sobrevivido a la gran catástrofe y haber sido rescatado de las cenizas del volcán, si se legitima en ser un hombre del pueblo, no es bien recibido por la sociedad y en ello interviene su cercanía con el padre Frank y la gesta del hombre no se puede asumir por el prejuicio anticlerical de la clase letrada representada por el periodista y el diario que se propone darle voz. Entonces, el protagonista es rescatado por un norteamericano que lleva su historia al circo famoso de Nueva York. Esta relación de lo propio y lo extraño es interesante, Ciparis no encuentra una aprobación de los suyos y convierte su heroicidad en una comedia. En un acto circense, en un simulacro para los espectadores. Lo que nos lleva a pensar en que esta historia que busca ser una épica salida del desastre natural, que busca legitimarse en la condición de hombre de abajo del héroe, no encuentra cabida de forma concreta en el relato de la memoria y quedan fisuras que la novela trata de llenar con su sentido poético. En el personaje existe entonces una dualidad. Debe construirse como un personaje popular, debe triunfar en otro escenario para ser reconocido por el colectivo. Pero ese reconocimiento no se encuentra en la realidad; el personaje va a morir lejos de la patria y olvidado. En este relato el personaje visto de manera real, podrá recuperarse como héroe. Un héroe problemático.

Luego de su estancia en Nueva York, donde se encuentra con su pretendida, el hombre sigue su rumbo al canal de Panamá. Es el espacio más cercano a un fin ético social del ‘héroe’. La construcción del canal es narrada como una utopía moderna, lograda por la fuerza del capitalismo estadounidense que planea abaratar los costes de transportes de mercancía entre el este y el oeste y tener una apertura militar hacia el Pacífico. La apertura del canal hace que Panamá se convierta en el centro del Caribe. Allí van a parar obreros de todas las islas y, de alguna manera, los caribeños se encuentran en la desgracia. No de un acontecimiento natural como los huracanes o la erupción del volcán del monte Pelado, sino del trabajo forzoso que la modernidad impone con su cuota de muertes debido a las enfermedades tropicales, también por las condiciones de trabajo impuestas por el poder capitalista.

Este nuevo espacio más real que simbólico podría darle a Ciparis el tinte heroico que no alcanza a lograr por haber sido el último superviviente de la destrucción de la ciudad de Saint Pierre. El personaje cambia en el otro espacio y a pesar de su origen humilde muestra un aspecto espiritual distinto, es gracias a su educación francesa que puede traspasar de los aspectos populares a ser un hombre de clase intermediaria. De trato más o menos civilizado, por lo que pasa de su origen social a ser un trabajador dentro de la normalidad de las manos de obra caribeña que se desplazó en el Caribe en busca de una nueva forma de vida.

Esta obra muestra una vez más el trabajo escritural de Maryse Renaud dentro de una poética de la literatura en tránsito: literatura dentro de las lenguas, Renaud es una martiniqueña que escribe en español, dentro de los viajes de nuestra cultura caribeña, los distintos desplazamientos de nuestra cultura, el sentido mestizo de nuestra condición racial, entre nosotros y la metrópolis y los diálogos de clase que se dan en las sociedades caribeñas. Su narración es en distintos momentos extraordinaria. Tiene la autora un dominio excepcional de la forma de contar, una vocación de estilo. Por lo que su prosa es tersa, directa, hermosa y, muchas veces, sorprendente. La lectura se hace interesante y el conocimiento del mundo vivido queda ahí como una indagación de lo que hemos sido.

Ya Maryse Renaud nos había dado parte de su poética en las obras El cuaderno granate (2009) y La mano en el Canal (2012), ambas publicadas por Corregidor en Argentina, también en Jungla (2014) que fue publicada en Verbum en Madrid. Con Relato de ceniza (Verbum, 2016), Renaud amplía la construcción de un mundo caribeño en tránsito, sus indagaciones sobre los proyectos épicos e históricos, al visitar un espacio de la memoria de Martinica y conectarlo con la vida caribeña. Una interesante descripción de la sociedad Martiniqueña que no deja de tener pertinencia para los tiempos actuales. Una visita a los espacios de la memoria y una indagación en la forma en que legitimamos las acciones significativas que son el caudal que nutre nuestra historia. Las dificultades de Ciparis en ser aceptado como un legítimo héroe dentro del desastre natural y las acciones humanas, plantean también la idea del destino del Caribe en su interés de manejarse dentro de una racionalidad europea y obliterar su fondo mágico-religioso. La crisis de los relatos se deja ver de nuevo en la narrativa de esta autora que representa el Caribe en una cantidad significativa de desplazamientos, como lo hace su héroe salido milagrosamente de las cenizas de la ciudad de San Pierre en la que, como un deux et machina, se dispone el destino del Caribe insular.

 

La reseña original:

http://mediaisla.net/revista/2017/02/deux-et-maquina-relato-de-ceniza-de-maryse-renaud-el-caribe-en-transito-de-martinica-a-panama/

El libro:

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