Reseña de Mi reina

Segunda novela de la escritora peruana Gloria Macher, es la historia de una lucha personal contra la enfermedad de Azheimer, contra el tiempo invisible que destruye, aniquila, congela, que se empeña en parar el reloj y convierte el pasado en un cristal polvoriento, haciendo  imposible la recuperación de los dias perdidos en los engaños de la memoria.

Comienza con el nacimiento de Esperanza, la protagonista, con lo que caminamos a su lado, dando tiempo a conocerla, comprenderla, admirarla y padecer con ella. Una prestigiosa científica que conoció los honores, el éxito, que tiene una vida personal y familiar satisfactoria, rica. Lo que podíamos decir una vida plena y cuya estrella comienza a apagarse cuando aparecen los primeros síntomas de la enfermedad, cuando surge la desmemoria en los pequeños detalles y empieza a desdibujarse el alma destilada, exquisita que fue. “Alta, hermosa, con ojos pardos y cutis de seda, afirmaba su paso con aire resuelto y animado, verdadero espejo de “La flor de la canela” de Chabuca Granda”.

Ante esa realidad sobrecogedora la escritora nos ha regalado dos personajes secundarios geniales: la enfermera Maria del Pilar, profesional especializada y la sirvienta Sarita, con su universo indigenista. De su mano nos adentramos en el mundo de lo que la autora llama el “olvido olvidado” de Esperanza. Estas cuidadoras de su cuerpo y su alma deciden que el tiempo que le reste lo van a rodear de comprensión, cariño y empatía,  aceptando su transformación, su degradación, creando nuevas formas de comunicarse. Todo esto se resume en las palabras de María del Pilar: Vamos a seguir la fiesta, mi reina, con lo poco que nos queda.

Se cuenta esta historia en tono intimista,  apropiado al aislamiento que siente la persona enferma, empleando el tono formal y el coloquial en un plano de igualdad que, sin minimizar la gravedad del tema introduce el humor de manera entrañable.  Se ha desechado la pena, la lástima, que hubieran empequeñecido al personaje y se ha trascendido con ajustadas palabras el tiempo y el espacio, los mismos que niega la enfermedad, de la mejor manera posible, haciendo buena literatura, con honestidad, con un lenguaje claro, lejos de sentimentalismos y trampas al lector.

Rosario Martínez