Reseña de «La traición», de Miguel Catalán

 

José Miguel Segura Roselló reseña el volumen XII de el compendio de ensayos sobre la mentira «Seudología», del doctor en filosofía y escritor Miguel Catalán y que versa sobre: La traición.

Tras de la entrega número once –La mentira nociva- de la serie Pseudología y antes de la inminente aparición de la número trece –La mentira benéfica-, llega a mis manos aún caliente, este doceavo volumen, titulado La traición, editado tras el fallecimiento del autor, el profesor Miguel Catalán–un pensador y escritor cuya ingente labor debería ser reconocida como se merece más pronto que tarde- que no desmerece un ápice al interés de los volúmenes anteriores. En La traición el disecciona de arriba abajo esa forma de la mentira que históricamente ha generado el mayor de los desprecios e incomprensión sociales. Como falseamiento humano, la traición exige de quien
traiciona una relación previa y estrecha con quien se convierte en objeto de su engaño y suele tener como consecuencia, tal como advierte el autor en varias ocasiones, la pérdida de la fe en el género humano al completo. Lo peor de la traición es, tal vez, esa tremenda capacidad expansiva, que se multiplica exponencialmente cuando el traicionado no es un individuo sino un colectivo social como la “patria” o el “estado”, sin ir más lejos. Miguel Catalán desarrolla su análisis de la  traición en sus diferentes manifestaciones partiendo de una diferenciación conceptual entre traiciones estrictas, en sentido propio –aquellas que se realizan sobre alguien a quien podemos tildar de
”amigo” de una u otra manera- y traiciones en sentido amplio o impropio –que se realizan siempre en ámbitos o esferas de la actividad humana mediatizadas, teñidas, por alguna forma de poder: economía, cultura, política, religión…- Las primeras son, en opinión de Miguel Catalán, traiciones en estado puro: Marco Bruto y Julio César en la Roma republicana o el de Judas y Jesús de Nazaret –el de Caín y Abel sería un caso más de envidia que de traición en sentido estricto- de los tiempos bíblicos serían sus mejores representaciones. Aún más, la traición de Judas hacia Jesucristo ejemplifica la repulsión hacia la figura del traidor –el que era de los nuestros y dejó de serlo- y  el desarrollo histórico de dicha repulsión colectiva en el tiempo a lo largo de la Edad Media hasta llegar a la visión del judío de los nacionalsocialistas hitlerianos de la primer mitad el siglo XX. Si las traiciones propias tienen un carácter más trascendente, mitificador, según el autor del volumen, las llamadas traiciones impropias son más humanas, más cotidianas, más familiares y habituales: así, Miguel Catalán analiza de modo pormenorizado algunos ejemplos como los del llamado “caso Wikileaks” con Julian Assange como chivo expiatorio o, en un esfera más cotidiana, la visión que Francisco Umbral ofreció en su ensayo Cela: un cadáver exquisito del que fue su mentor y maestro
literario y periodístico Camilo José Cela. Deslealtades, felonías, ingratitudes, infidelidades sentimentales y/o conyugales, etc., componen un variadísimo y entretenido friso de traiciones varias que el autor expone ante el lector con un estilo que llega al mayor grado de depuración,
simplicidad y grado de profundidad. Miguel Catalán culmina así un proceso – que hemos venido reseñando con cierta puntualidad en estas mismas páginas- depurativo que hace que su discurso sea aún más ameno, más abierto hacia un público más amplio, en el que se conjugan la afiladísima capacidad de análisis que siempre tuvo este escritor, la amenidad originada en su privilegiada inteligencia y  una cierta dimensión pedagógica que se ha venido mostrando de manera cada vez más nítida en sus últimos trabajos de la serie Pseudología. Libro póstumo, La traición es una muestra más de la dedicación y capacidad de trabajo hercúleas de su autor, del respeto y compromiso de la editorial
madrileña Verbum y de los desvelos de su esposa, amiga y compañera.

JMSR

El libro:

 

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