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El viaje en la literatura hispánica: de Juan Valera a Sergio Pitol

Desde: 10,00  IVA Inc.

Julio Peñate Rivero y Francisco Uzcanga Meinecke (editores)

256 páginas

Presente en las letras hispánicas desde su origen hasta la actualidad, el viaje las ha situado entre las literaturas más ricas y variadas de la tradición occidental. Su desarrollo ha sido particularmente llamativo durante el último siglo por la cantidad de publicaciones, la diversidad y la densidad de los textos y la atención que ha despertado en el público.
Este libro se propone contribuir a dos tareas hoy esenciales para la crítica: el conocimiento de textos y la elaboración conceptual. Así, el lector observará una división en dos secciones (marco teórico y estudio de casos) que privilegian uno de los dos aspectos, sin por ello olvidar el otro. Comprobará también la presencia tanto de libros “clásicos” como de otros menos reconocidos, ya sean de autores españoles o hispanoamericanos: si la alteridad es un elemento básico de la literatura de viaje, una perspectiva comparatista sin duda enriquece la percepción de autores y de obras. Finalmente, verá que conviven aquí textos de ficción y relatos de viajes reales: todos han sido estudiados bajo la óptica de su carácter literario, considerado primordial respecto a esas dos variantes.

Revista de Literatura
Volumen LXXI N. 142 julio-diciembre 2009 Madrid ISSN: 0034-849X

PEÑATE RIVERO, Julio y UZCANGA
MEINECKE, Francisco (eds.). El viaje
en la literatura hispánica: de Juan
Valera a Sergio Pitol. Madrid: Verbum,
2008, 254 pp.

Lo primero que salta a la vista en El viaje en la literatura hispánica: de Juan Valera a Sergio Pitol, volumen editado por Julio Peñate Rivero y Francisco Uzcanga Meinecke, es la inclusión, de manera indistinta, de estudios sobre obras de viaje ficcionales y factuales. Los editores, conscientes de esta situación, explican pertinentemente en la introducción que el lector «verá aquí una notable convivencia, a veces juzgada contra natura, entre textos de ficción y relatos de viaje reales: todos han sido estudiados bajo la óptica de su carácter literario, considerado como primordial respecto a estas dos variantes» (p. 10). Hecha tal aclaración, el lector se encontrará con diecisiete estudios realizados desde distintos enfoques y sobre diversos temas, siempre tomando como eje rector el tratamiento del viaje en la literatura hispánica de finales del siglo XIX a la época contemporánea. En su origen, todos los trabajos fueron presentados en el XVI Congreso de la Asociación Alemana de Hispanistas, celebrado en Dresde en 2007. El libro está organizado en dos grandes apartados, «Hacia un marco teórico» y «Estudios de casos», división que, a mi parecer, resulta innecesaria debido a que muchos de los textos trascienden la materia específica que tratan y se relacionan con otros, estableciendo un fructífero diálogo interno que representa uno de los grandes valores de la obra en su conjunto, y que se suele echar de menos en otros volúmenes colectivos. Por otra parte, prácticamente todos los estudios del primer apartado se basan en casos precisos y bien delimitados para plantear o ejemplificar su propuesta teórica, mientras que la mayoría de los del segundo realizan aportes teóricos que van más allá de las obras o autores particulares que analizan. Estrictamente hablando, el texto que inaugura el volumen, «El relato de viaje como género» de Kurt Spang, es el único que teoriza sobre las características definitorias de dicho género basándose exclusivamente en trabajos críticos. Spang concluye que «el rasgo definitorio más destacado es que el viaje no sólo es la base de estructuración sino a la vez el tema» y que «el modo de evocar el mundo posible en el relato de viaje oscila entre el afán autobiográfico y el de hacer historiografía» (p. 28). Su delimitación tipológica del relato de viaje deberá sumarse a las aportaciones de estudiosos de este género como Sofía Carrizo Rueda y Luis Alburquerque, para encarar futuros acercamientos a la materia. También con el objetivo de caracterizar el relato de viaje como género literario, Geneviève Champeau, en «Tiempo y organización del relato en algunos relatos de viajes españoles contemporáneos», remarca que se ha descuidado la importancia del tratamiento del tiempo en esta clase de textos, en aras del protagonismo que se le ha brindado al espacio. A través de la lectura de cuatro relatos de viaje, Champeau se propone mostrar que «también puede el tiempo dinamizar el espacio y desempeñar un papel determinante en la organización formal y semántica de las obras, así como en su significación ideológica y su poética» (p. 89). Así, es posible hablar de relatos «seguidos», como Caminos del Esla de Juan Pedro Aparicio y José María Merino y El río del olvido de Julio Llamazares, y de relatos «discontinuos», como Ventanas de Manhattan de Antonio Muñoz Molina e Iberia de Manuel de Lope. La relación y contraposición entre factualidad y ficcionalidad es una preocupación que comparten algunos de los autores. Tal es el caso de la mencionada Sofía Carrizo Rueda, quien en «Relatos de viajes y literatura comparada. Reescrituras para la identificación y la confrontación en dos ejemplos recientes de la narrativa argentina (2005-2006)» devela los mecanismos de reescritura de dos relatos de viaje canónicos, el Diario de Darwin y Viaje alrededor del globo de Antonio Pigafetta, por parte de dos escritores argentinos contemporáneos, Héctor Libertella y Geraldo Bartolomé. Carrizo Rueda, a partir de la confrontación de los textos originales con sus versiones contemporáneas, noveladas, afirma que la diferencia entre relatos de viajes y literatura de viajes radica en la prominencia de la función descriptiva de los primeros, mientras que la segunda se articula en torno a los personajes y las situaciones que viven. Luis Alburquerque, en «El peregrino entretenido de Ciro Bayo y el relato de viaje a comienzos del siglo XX», reivindica la importancia del viajero madrileño como escritor y ve en él a un renovador del género que prefigura la obra viajera de Cela. Dicha revitalización consistió en que «Bayo, sin renunciar a los elementos esenciales del relato de viaje, los ha vestido de un ropaje estilístico más intencionado […] y los ha acercado a las fronteras de lo novelesco, al apropiarse de algunos de sus recursos y al haber transformado en ficticios determinados elementos de la narración » (p. 159). En la misma línea que Alburquerque, María Rubio Martín en «Articulaciones del componente ficcional en el libro de viajes contemporáneo» rastrea la inserción de elementos ficcionales en relatos de autores españoles y europeos contemporáneos como Julio Llamazares, Manuel de Lope, Cees Nooteboom y José Saramago. Por su parte, María de la O Oliva Herrer encara las relaciones entre literatura de viaje, autobiografía y ficción en «Espacios viajados y espacios vividos: la evocación de Alemania en las memorias de ficción de César Antonio Molina». Demostrando la pertinencia de las conclusiones de Carrizo Rueda, Regula Bühlmann hace notar en «El viaje en la novelística de Emilia Pardo Bazán» la importancia que los periplos tienen en la evolución de los personajes de la escritora, en especial en Un viaje de novios pero también en otras obras como en Los pazos de Ulloa. Aunque no es el asunto principal del artículo, hubiera sido deseable, por el interés que reviste, que Bühlmann se explayara más en la comparación entre las crónicas de viaje de Pardo Bazán y su obra novelística. A similares conclusiones llega Fernando Aínsa en el recorrido erudito que efectúa por las literaturas chilena y rioplatense en «Peregrinaciones en la narrativa hispanoamericana del XIX y XX. Entre el viaje iniciático y la búsqueda de raíces» en busca de personajes que lleven a cabo la travesía entre América Latina y Europa, pues también queda al descubierto que la envergadura del viaje novelesco radica en las vicisitudes y transformaciones de dichos personajes y no en la descripción de los lugares que recorren. Esto se puede apreciar en obras de Ricardo Güiraldes, José Gálvez, Eugenio Cambaceres y Julio Cortázar, entre otros. Dada la inclusión de estudios sobre obras ficcionales y factuales que ya se ha mencionado, el lector se ve tentado a aplicar las conclusiones de unos en los otros, y viceversa. Esto sucede, por ejemplo, con «Álvaro Mutis: la errancia como categoría discursiva en la serie de Maqroll el gaviero », en donde resultaría atractivo rastrear en relatos factuales la sugestiva noción de errancia que Julio Peñate Rivero delinea a partir de distintos elementos que identifica y vincula en Empresas y tribulaciones de Maqroll el gaviero. Lo mismo pasa con el trabajo de Francisco Uzcanga Meinecke, «El viaje de Sergio Pitol: entre peregrinación rusa y viaje a la semilla», en el que surge la pregunta acerca de si los cinco puntos que propone sobre el horizonte de recepción del relato de viaje contemporáneo, basándose en la obra del escritor mexicano, resultarían válidos para las obras ficcionales. Otro aspecto en el que se centran varios de los trabajos es en la estrecha relación que existe entre la literatura de viaje y la crítica social, lo que desmiente el prejuicio —en parte superado— de que esta literatura es de carácter evasivo. Kian-Harald Karimi en «Con el navío onírico a las Indias. Fantasmagorías religiosas en una novela de fin de siglo: Morsamor de Juan Valera» y Francisco Manuel Mariño en «El viaje como ensayo cultural en las ‘novelas alemanas’ de R. Otero Pedrayo» plantean que los viajes narrados en las obras que analizan, lejanos en tiempo y espacio del público de sus respectivas épocas, remiten a su realidad política y social inmediata. Así, la novela de Valera puede leerse como una metáfora de una época en transición y las de Otero Pedrayo como un llamado a la recuperación de la cultura autóctona. En este mismo tenor, «Una visión crítica de España en tiempos de censura: Tierra de olivos de A. Ferres» de José Rodríguez Richart, además de indagar en la correspondencia narrador-autor, hace hincapié en el retrato de la España rural de los cincuenta y sesenta, con la subsecuente crítica social que tal labor conlleva. El estudio de Rosamna Pardillas Velay en «Estampas de ultramar de Aníbal Núñez: la reescritura de viajes leídos como instrumento de crítica cultural», el único dedicado a un libro de poemas en el volumen, es interesante por dos motivos. Primero, porque la autora muestra que en la temática exótica y el tono aparentemente evasivo de este poemario se encuentra «la denuncia del imperialismo colonial español, la censura de la destrucción de paisajes naturales y culturas tradicionales por parte de la sociedad moderna y la crítica del consumismo generalizado en la sociedad española desde los años 60» (p. 202). Y segundo, porque de la lectura del estudio se infiere que el proceso de escritura de Aníbal Núñez es similar al de los novelistas argentinos, descrito por Carrizo Rueda, pues el poeta salmantino emplea en su obra el recurso de reescritura de los relatos de viaje canónicos. El trabajo de Patricia Almárcegui también puede incluirse dentro del grupo que analiza temáticas sociales relacionadas con el viaje, ya que en «La experiencia como escritura. Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos de Lorenzo Silva» identifica un nuevo modo de acercamiento al otro, al que, gracias al ejercicio de memoria y a la responsabilidad y conocimiento del viajero, ya no se ve como una amenaza; al contrario, en ocasiones el viajero incluso logra asimilarse con la otredad. Por último, Itzíar López Guil en «Una nota sobre la inmigración en el relato español contemporáneo», único estudio dedicado a un cuento, cree ver una mejora en el nivel de calidad de las obras literarias que tocan el tema de la inmigración, cuya pobreza general achaca a que su escritura suele ser motivada más por razones humanitarias que literarias. Las pocas excepciones a esta regla serían algunas de las piezas incluidas en la obra colectiva Inmenso estrecho. Cuentos sobre inmigración, como el que se encarga de analizar, «Terciopelo robado», de Elena Pita. No deja de llamar la atención, sin embargo, que se trate de un cuento que aborda más bien el tema de la emigración, pues narra las experiencias de una campesina gallega en una fábrica suiza. En el plano que corresponde a la historia literaria, el relato de viajes, ignorado durante mucho tiempo por la academia, ofrece un corpus que merece ser rescatado. Esta tarea se puede llevar a cabo recurriendo a escritores cuya obra principal esté conformada precisamente por relatos de viajes, como es el caso de Ciro Bayo, reivindicado, como ya se ha mencionado, por Alburquerque; o bien, con relatos de viajes escritos por un autor canónico y que, por distintos motivos, entre los que se debe contar el desdén hacia el género, habían permanecido olvidados. Este último caso es el de «Impresiones y paisaje en García Lorca: el viaje interiorizado», en donde Angela Fabris concluye que la primera obra del poeta granadino es el «Primer paso, en definitiva, en dirección hacia el futuro itinerario de Federico García Lorca» (p. 172). En suma, los trabajos incluidos satisfacen ambas vertientes a las que la crítica de la literatura de viajes se encuentra actualmente abocada: en primer lugar, la elaboración de un marco teórico que brinde las herramientas para el abordaje de este género; y, en segundo término, el estudio de casos concretos que permita, además de su conocimiento específico, la creación de un corpus que a su vez sirva como fuente para trabajos de índole comparatista, ya sea entre relatos factuales y ficcionales o de la misma categoría. Por ello, este volumen es una contribución importante dentro de las investigaciones actuales cuyo objeto es conocer mejor uno de los géneros más antiguos y que se han practicado ininterrumpidamente en la historia de la literatura.

FEDERICO GUZMÁN RUBIO

En Formato PDF

ISBN: 9788479624200Clasificación: ,

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El viaje en la literatura hispánica: de Juan Valera a Sergio Pitol

Desde: 10,00  IVA Inc.

Julio Peñate Rivero y Francisco Uzcanga Meinecke (editores)

256 páginas

Presente en las letras hispánicas desde su origen hasta la actualidad, el viaje las ha situado entre las literaturas más ricas y variadas de la tradición occidental. Su desarrollo ha sido particularmente llamativo durante el último siglo por la cantidad de publicaciones, la diversidad y la densidad de los textos y la atención que ha despertado en el público.
Este libro se propone contribuir a dos tareas hoy esenciales para la crítica: el conocimiento de textos y la elaboración conceptual. Así, el lector observará una división en dos secciones (marco teórico y estudio de casos) que privilegian uno de los dos aspectos, sin por ello olvidar el otro. Comprobará también la presencia tanto de libros “clásicos” como de otros menos reconocidos, ya sean de autores españoles o hispanoamericanos: si la alteridad es un elemento básico de la literatura de viaje, una perspectiva comparatista sin duda enriquece la percepción de autores y de obras. Finalmente, verá que conviven aquí textos de ficción y relatos de viajes reales: todos han sido estudiados bajo la óptica de su carácter literario, considerado primordial respecto a esas dos variantes.

Revista de Literatura
Volumen LXXI N. 142 julio-diciembre 2009 Madrid ISSN: 0034-849X

PEÑATE RIVERO, Julio y UZCANGA
MEINECKE, Francisco (eds.). El viaje
en la literatura hispánica: de Juan
Valera a Sergio Pitol. Madrid: Verbum,
2008, 254 pp.

Lo primero que salta a la vista en El viaje en la literatura hispánica: de Juan Valera a Sergio Pitol, volumen editado por Julio Peñate Rivero y Francisco Uzcanga Meinecke, es la inclusión, de manera indistinta, de estudios sobre obras de viaje ficcionales y factuales. Los editores, conscientes de esta situación, explican pertinentemente en la introducción que el lector «verá aquí una notable convivencia, a veces juzgada contra natura, entre textos de ficción y relatos de viaje reales: todos han sido estudiados bajo la óptica de su carácter literario, considerado como primordial respecto a estas dos variantes» (p. 10). Hecha tal aclaración, el lector se encontrará con diecisiete estudios realizados desde distintos enfoques y sobre diversos temas, siempre tomando como eje rector el tratamiento del viaje en la literatura hispánica de finales del siglo XIX a la época contemporánea. En su origen, todos los trabajos fueron presentados en el XVI Congreso de la Asociación Alemana de Hispanistas, celebrado en Dresde en 2007. El libro está organizado en dos grandes apartados, «Hacia un marco teórico» y «Estudios de casos», división que, a mi parecer, resulta innecesaria debido a que muchos de los textos trascienden la materia específica que tratan y se relacionan con otros, estableciendo un fructífero diálogo interno que representa uno de los grandes valores de la obra en su conjunto, y que se suele echar de menos en otros volúmenes colectivos. Por otra parte, prácticamente todos los estudios del primer apartado se basan en casos precisos y bien delimitados para plantear o ejemplificar su propuesta teórica, mientras que la mayoría de los del segundo realizan aportes teóricos que van más allá de las obras o autores particulares que analizan. Estrictamente hablando, el texto que inaugura el volumen, «El relato de viaje como género» de Kurt Spang, es el único que teoriza sobre las características definitorias de dicho género basándose exclusivamente en trabajos críticos. Spang concluye que «el rasgo definitorio más destacado es que el viaje no sólo es la base de estructuración sino a la vez el tema» y que «el modo de evocar el mundo posible en el relato de viaje oscila entre el afán autobiográfico y el de hacer historiografía» (p. 28). Su delimitación tipológica del relato de viaje deberá sumarse a las aportaciones de estudiosos de este género como Sofía Carrizo Rueda y Luis Alburquerque, para encarar futuros acercamientos a la materia. También con el objetivo de caracterizar el relato de viaje como género literario, Geneviève Champeau, en «Tiempo y organización del relato en algunos relatos de viajes españoles contemporáneos», remarca que se ha descuidado la importancia del tratamiento del tiempo en esta clase de textos, en aras del protagonismo que se le ha brindado al espacio. A través de la lectura de cuatro relatos de viaje, Champeau se propone mostrar que «también puede el tiempo dinamizar el espacio y desempeñar un papel determinante en la organización formal y semántica de las obras, así como en su significación ideológica y su poética» (p. 89). Así, es posible hablar de relatos «seguidos», como Caminos del Esla de Juan Pedro Aparicio y José María Merino y El río del olvido de Julio Llamazares, y de relatos «discontinuos», como Ventanas de Manhattan de Antonio Muñoz Molina e Iberia de Manuel de Lope. 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Luis Alburquerque, en «El peregrino entretenido de Ciro Bayo y el relato de viaje a comienzos del siglo XX», reivindica la importancia del viajero madrileño como escritor y ve en él a un renovador del género que prefigura la obra viajera de Cela. Dicha revitalización consistió en que «Bayo, sin renunciar a los elementos esenciales del relato de viaje, los ha vestido de un ropaje estilístico más intencionado […] y los ha acercado a las fronteras de lo novelesco, al apropiarse de algunos de sus recursos y al haber transformado en ficticios determinados elementos de la narración » (p. 159). En la misma línea que Alburquerque, María Rubio Martín en «Articulaciones del componente ficcional en el libro de viajes contemporáneo» rastrea la inserción de elementos ficcionales en relatos de autores españoles y europeos contemporáneos como Julio Llamazares, Manuel de Lope, Cees Nooteboom y José Saramago. Por su parte, María de la O Oliva Herrer encara las relaciones entre literatura de viaje, autobiografía y ficción en «Espacios viajados y espacios vividos: la evocación de Alemania en las memorias de ficción de César Antonio Molina». Demostrando la pertinencia de las conclusiones de Carrizo Rueda, Regula Bühlmann hace notar en «El viaje en la novelística de Emilia Pardo Bazán» la importancia que los periplos tienen en la evolución de los personajes de la escritora, en especial en Un viaje de novios pero también en otras obras como en Los pazos de Ulloa. Aunque no es el asunto principal del artículo, hubiera sido deseable, por el interés que reviste, que Bühlmann se explayara más en la comparación entre las crónicas de viaje de Pardo Bazán y su obra novelística. A similares conclusiones llega Fernando Aínsa en el recorrido erudito que efectúa por las literaturas chilena y rioplatense en «Peregrinaciones en la narrativa hispanoamericana del XIX y XX. Entre el viaje iniciático y la búsqueda de raíces» en busca de personajes que lleven a cabo la travesía entre América Latina y Europa, pues también queda al descubierto que la envergadura del viaje novelesco radica en las vicisitudes y transformaciones de dichos personajes y no en la descripción de los lugares que recorren. Esto se puede apreciar en obras de Ricardo Güiraldes, José Gálvez, Eugenio Cambaceres y Julio Cortázar, entre otros. Dada la inclusión de estudios sobre obras ficcionales y factuales que ya se ha mencionado, el lector se ve tentado a aplicar las conclusiones de unos en los otros, y viceversa. Esto sucede, por ejemplo, con «Álvaro Mutis: la errancia como categoría discursiva en la serie de Maqroll el gaviero », en donde resultaría atractivo rastrear en relatos factuales la sugestiva noción de errancia que Julio Peñate Rivero delinea a partir de distintos elementos que identifica y vincula en Empresas y tribulaciones de Maqroll el gaviero. Lo mismo pasa con el trabajo de Francisco Uzcanga Meinecke, «El viaje de Sergio Pitol: entre peregrinación rusa y viaje a la semilla», en el que surge la pregunta acerca de si los cinco puntos que propone sobre el horizonte de recepción del relato de viaje contemporáneo, basándose en la obra del escritor mexicano, resultarían válidos para las obras ficcionales. Otro aspecto en el que se centran varios de los trabajos es en la estrecha relación que existe entre la literatura de viaje y la crítica social, lo que desmiente el prejuicio —en parte superado— de que esta literatura es de carácter evasivo. Kian-Harald Karimi en «Con el navío onírico a las Indias. Fantasmagorías religiosas en una novela de fin de siglo: Morsamor de Juan Valera» y Francisco Manuel Mariño en «El viaje como ensayo cultural en las ‘novelas alemanas’ de R. Otero Pedrayo» plantean que los viajes narrados en las obras que analizan, lejanos en tiempo y espacio del público de sus respectivas épocas, remiten a su realidad política y social inmediata. Así, la novela de Valera puede leerse como una metáfora de una época en transición y las de Otero Pedrayo como un llamado a la recuperación de la cultura autóctona. En este mismo tenor, «Una visión crítica de España en tiempos de censura: Tierra de olivos de A. Ferres» de José Rodríguez Richart, además de indagar en la correspondencia narrador-autor, hace hincapié en el retrato de la España rural de los cincuenta y sesenta, con la subsecuente crítica social que tal labor conlleva. El estudio de Rosamna Pardillas Velay en «Estampas de ultramar de Aníbal Núñez: la reescritura de viajes leídos como instrumento de crítica cultural», el único dedicado a un libro de poemas en el volumen, es interesante por dos motivos. Primero, porque la autora muestra que en la temática exótica y el tono aparentemente evasivo de este poemario se encuentra «la denuncia del imperialismo colonial español, la censura de la destrucción de paisajes naturales y culturas tradicionales por parte de la sociedad moderna y la crítica del consumismo generalizado en la sociedad española desde los años 60» (p. 202). Y segundo, porque de la lectura del estudio se infiere que el proceso de escritura de Aníbal Núñez es similar al de los novelistas argentinos, descrito por Carrizo Rueda, pues el poeta salmantino emplea en su obra el recurso de reescritura de los relatos de viaje canónicos. El trabajo de Patricia Almárcegui también puede incluirse dentro del grupo que analiza temáticas sociales relacionadas con el viaje, ya que en «La experiencia como escritura. Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos de Lorenzo Silva» identifica un nuevo modo de acercamiento al otro, al que, gracias al ejercicio de memoria y a la responsabilidad y conocimiento del viajero, ya no se ve como una amenaza; al contrario, en ocasiones el viajero incluso logra asimilarse con la otredad. Por último, Itzíar López Guil en «Una nota sobre la inmigración en el relato español contemporáneo», único estudio dedicado a un cuento, cree ver una mejora en el nivel de calidad de las obras literarias que tocan el tema de la inmigración, cuya pobreza general achaca a que su escritura suele ser motivada más por razones humanitarias que literarias. Las pocas excepciones a esta regla serían algunas de las piezas incluidas en la obra colectiva Inmenso estrecho. Cuentos sobre inmigración, como el que se encarga de analizar, «Terciopelo robado», de Elena Pita. No deja de llamar la atención, sin embargo, que se trate de un cuento que aborda más bien el tema de la emigración, pues narra las experiencias de una campesina gallega en una fábrica suiza. En el plano que corresponde a la historia literaria, el relato de viajes, ignorado durante mucho tiempo por la academia, ofrece un corpus que merece ser rescatado. Esta tarea se puede llevar a cabo recurriendo a escritores cuya obra principal esté conformada precisamente por relatos de viajes, como es el caso de Ciro Bayo, reivindicado, como ya se ha mencionado, por Alburquerque; o bien, con relatos de viajes escritos por un autor canónico y que, por distintos motivos, entre los que se debe contar el desdén hacia el género, habían permanecido olvidados. Este último caso es el de «Impresiones y paisaje en García Lorca: el viaje interiorizado», en donde Angela Fabris concluye que la primera obra del poeta granadino es el «Primer paso, en definitiva, en dirección hacia el futuro itinerario de Federico García Lorca» (p. 172). En suma, los trabajos incluidos satisfacen ambas vertientes a las que la crítica de la literatura de viajes se encuentra actualmente abocada: en primer lugar, la elaboración de un marco teórico que brinde las herramientas para el abordaje de este género; y, en segundo término, el estudio de casos concretos que permita, además de su conocimiento específico, la creación de un corpus que a su vez sirva como fuente para trabajos de índole comparatista, ya sea entre relatos factuales y ficcionales o de la misma categoría. Por ello, este volumen es una contribución importante dentro de las investigaciones actuales cuyo objeto es conocer mejor uno de los géneros más antiguos y que se han practicado ininterrumpidamente en la historia de la literatura.

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ISBN: 9788479624200Clasificación: ,
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