Jaime Marchán: homo viator. Travesía en la narrativa contemporánea ecuatoriana

La columnista del diario «El Universo«, Cecilia Ansaldo Briones, reseña la obra de Eloisa Hagen-Melo, «Jaime Marchán: homo viator» y  articula también un repaso por la carrera del autor al que el ensayo hace homenaje: Jaime Marchán.

TesisUna costumbre que alimenta el mundo de los libros es la de convertir muchos de los documentos académicos de exigencia fundamental en ensayos. Es sabido que los textos de rígida construcción especializada se quedan en ámbitos muy reducidos. Tal vez nacen para ello, y de los intercambios entre esas cúpulas surja algún divulgador. Entonces, los comunes mortales nos enteramos.

De esos acervos brota Jaime Marchán: homo viator. Travesía en la narrativa contemporánea ecuatoriana, de Eloísa Hagen-Melo, también ecuatoriana, quien obtuvo su título en Filología Hispánica, por la Universidad de Berna, con este trabajo que, como todo buen emprendimiento intelectual, cubre buena parte del siglo XX en materia literaria para ubicar en su correspondiente contexto al autor elegido. La autora ha llevado lejos el nombre del Ecuador en su propio desempeño profesional: Barcelona, Katmandú, Bucarest, así como Praga y Viena han escuchado sus conferencias y leído sus artículos. La editorial española Verbum publicó su tesis el año pasado.

Basta que la seriedad y los conocimientos del profesor Wilfrido H. Corral prologuen el libro para generar confianza en lo que viene en las trescientas y más páginas restantes: una panorámica que perfila derroteros entre los superados del costumbrismo y el realismo social y la aparición, ya en el siglo XXI, del narrador Marchán. Un apretado planeo sobre autores como Alicia Yánez Cossío, Jorge Enrique Adoum, Abdón Ubidia, Jorge Velasco Mackenzie, Javier Vásconez, pone los antecedentes a detenerse con profundidad y largueza en la obra de Jaime Marchán, cuya narrativa es poco conocida en los mundillos literarios pese a contar con ediciones y premios internacionales.

Con agudeza, la analista identifica al escritor Marchán como un homo viator que, ya por su condición de diplomático, ya porque sus protagonistas tienen mucho de él mismo, ha creado una narrativa cosmopolita, de permanente desplazamiento, en esa abierta conciencia de conocer y aventurar pasos hacia metas siempre cambiantes. Desde La otra vestidura (1991), Destino Estambul (1997), Itinerario de trenes (2000) a Decáveres, relatos perversos (2004), Hagen-Melo repasa críticamente creación, montaje y recepción, al punto de revelar sentidos y balancear formas expresivas en un auténtico seguimiento a la obra del escritor.

Pero un tercio de esta pieza de enjundiosa lectura está dedicado a Volcán de niebla (2012), la novela del regreso del autor trashumante a los territorios físicos e imaginarios del Ecuador, a una forma de vivir y de hacer política porque los entresijos de una amplia ficción muestran cómo se apetece primero, se llega y se permanece en el poder. A ratos es difícil leer un libro que se refiere a otros que no hemos leído. Pero esta es una demanda constante de la vida académica (en general, del interés literario: donde un solo dato nos encadena a otro y otros, y nos abre un camino que puede crear un saber estable, una búsqueda permanente).

La editorial Verbum advierte que publica long-sellers, es decir, libros de extensa y sostenida duración. Conocer a Hagen-Melo, compatriota, ha sido una alegría. Identificar el aporte a la narrativa del embajador Marchán, otra. Hoy lo nombran nuestro representante en Reino Unido y me solidarizo con las circunstancias que va a enfrentar, pero sé que es transitorio. Él es un escritor por encima de todo.

La reseña original:

https://www.eluniverso.com/opinion/2018/12/08/nota/7087959/tesis

 El libro:
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