Fugitivo y eterno: DE POESÍA IBEROAMERICANA

Jorge de Arco reseña en la Revista Digital Corresponsales ACPI la antología de poemas editada con motivo del IV Festival Internacional de Poesía de Madrid, «Fugitivo y eterno. Poemas a los ríos del mundo«.

Fugitivo y eterno

RÍOS DE POESÍA

“El río rompe alegremente todos los diques y se va cantando. La montaña se queda, y lo recuerda, y lo sigue con su amor”, dejó escrito Rabindranath Tagore. Y de ese río, y de tantos otros, se han nutrido un sinfín poetas a lo largo de la historia para cantar sus anhelos, sus amores, sus nostalgias, sus desdichas…

Esa familiaridad de las aguas con la lírica sigue vigente a día de hoy. Ahora, la voz y la inspiración de un buen puñado de autores nacionales e internacionales se han unido en “Fugitivo y eterno” (Editorial Verbum. Madrid, 2018), una bella antología que reúne poemas a los ríos del mundo.

Los textos aquí recogidos fluyen a favor de corriente, pues de su inagotable caudal siguen bebiendo autoras y autores que lo saben fiel compañero, cálido abrigo, real ensueño:

Quería preguntarte, mi alma quería preguntarte

Por qué anhelas, hacia qué resbalas, para qué vives.

Dímelo río.

se preguntaba tiempo atrás Dámaso Alonso en su inolvidable “A un río le llamaban Carlos”.

La escasez de lluvias que azota nuestro planeta ha llevado a contemplar la sequedad y práctica desaparición de muchos ríos y lagunas. Por eso, es confortador encontrar iniciativas de este tipo, que ayuden a concienciar y redescubrir sus secretos y sus gozos.

Luis Rafael Hernández afirma en su prefacio que en esta compilación se han seleccionado “poemas dispersos, sin ánimo de hacer un cómputo exacto, con la sola intención de unir voces de ayer y hoy, como quien acerca cauces, afluentes diversos”.

Desfilan por este florilegio autores muy variados. Abren la nómina, Jorge Manrique, Luis de Góngora, José María Heredia, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Jorge Luis Borges, Nicolá Guillén, Dulce María Loynaz… De esta última, cabe recordar su poema “Al Almendares”:

Este río de nombre musical

llega a mi corazón por un camino

de arterias tibias y temblor de diástoles.

El no tiene horizontes de Amazonas

ni misterio de Nilos, pero acaso

ninguno le mejore el cielo limpio

ni la figura de su pie y su talle.

En este sugerente caleidoscopio caben también los versos de los autores iraquíes Ali Ibraheem Safi, Chalaaf Charif, Hussein Nhaba, del egipcio Intissar Abdulmonaem, del sirio Mohamad Osman, del marroquí Driss Allouch o del tunecino Khédija Gadhoum.

Es notable la presencia de escritores iberoamericanos de hoy. De nuestro país, señalar, entre otros, a Francisco Luque Bonilla, Rosana Acquaroni, Antonio Daganzo, María Guzmán, Julia Valientes, Víctor Infantes o Cecilia Álvarez, quien canta con sobria delicadeza al río Drim:

Sus aguas me susurran

en el tiempo versos inacabados

palabras que yo sólo entiendo en el sereno

transcurrir de su cálido caudal.

Me habla quedamente, escucho su lenguaje

creado para mí.

La costarricense María Bonilla, el peruano Juan de la Puente, la argentina Claudia Vázquez, el colombiano José Fernández Zapata H., los chilenos Gabriel de la Isla y Nelson Durán Valenzuela, la brasileña Karla Calasans…, recorren con su decir los hermosos instantes que llevan los ríos en su discurrir. El  guatemalteco Estuardo Sosa Urízar escribe:

El rio zigzaguea y gana forma

teñido del color de los sedientos,

su cuerpo de agua danza entre los valles

lleva un sorbo de luz de los crepúsculos

(…)

Palabras y sueños:

nunca calla el río.

Y que nunca callen, no, y que sigan sonando por mucho más tiempo sus nombres y sus bondades, sus bellas historias de amor y esperanza. Y se hagan río vivo, río de la vida, en cada lector.

 

La reseña original:

http://corresponsalesacpi.es/iberoamerica/de-poesia-iberoamericana/

El libro:

 

¿Te ha gustado esta reseña? Deja un comentario.