Álvar Núñez Cabeza de Vaca (Jerez, 1507 – Sevilla, 1559) fue nieto de Pedro de Vera, conquistador y primer gobernador de la isla de Gran Canaria, y se enroló como tesorero en la expedición de Pánfilo de Narváez que partió con cinco barcos de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Tras retornar a España en 1537, Carlos I le nombró capitán general, gobernador y adelantado del territorio del Río de la Plata. Su etapa como gobernador de Paraguay sirvió para pacificar el país, pero también se enfrentó con los oficiales del rey y con Martínez de Irala, que ambicionaba su puesto y que se sublevó contra él por considerarlo dictador y excesivamente tolerante con los indios. Cabeza de Vaca no pudo responder porque estaba enfermo de malaria, fue apresado y embarcado para España, donde el Consejo de Indias lo desterró a Orán (Argelia). Tras ocho años allí, fue indultado por Felipe II, que le nombró juez en la Casa de Contratación de Sevilla. Los últimos años de su vida los pasó en un convento sevillano, donde falleció.