Abilio Estévez y el espejo roto

Jorge Luis Rodríguez Reyes escribe un critica del libro «Abilio Estévez, entre la tradición y el exilio», en el periódico digital Diario de Cuba.

Propuso Emerson juzgar a las sociedades por las minorías, y si aplicamos ese paradigma a la literatura cubana actual constatamos que buena parte de la producción literaria más significativa se realiza, o es publicada fuera de Cuba. Minoría en comparación a la cantidad de títulos dentro del la Isla, donde mucho talento y obra permanece invisible. En ese contexto, la obra de Abilio Estévez es una de las más sobresalientes, como lo pone de manifiesto este libro.

Abilio Estévez, entre la tradición y el exilio nos propone distintas miradas sobre la obra de este autor emblemático de la literatura cubana, radicado en España desde principios de siglo, donde ha logrado construir un espacio, un lugar propio, y desde donde realiza una relectura hacia el centro de la tradición literaria.

El volumen parte del merecido homenaje a Estévez que hiciera la Cátedra Luis Cernuda de la Universidad de Sevilla: «Las mil formas del exilio cubano. Homenaje a Abilio Estévez», en el año 2013.

José Manuel Camacho Delgado, director de dicha cátedra, dirigió el homenaje y a su vez edita el libro, junto a Daniel Nemrava y Milagros Ezquerro, también ponentes de la cita sevillana y antologados en el volumen.

A la novela Archipiélago se le dedica el primer trabajo, de la autoría de Camacho Delgado, a quien también pertenecen las palabras introductorias. Le sigue el estudio de Michèle Ramond, que analiza Inventario secreto de La Habana, otra novela, la primera escrita en el exilio español por Estévez.

Milagros Ezquero propone un análisis del espléndido monólogo teatral Santa Cecilia, una de las puestas teatrales más impactantes de la historia del teatro cubano, que integra el volumen Ceremonias para actores desesperados.

Y le sigue un acercamiento de Armando Valdés-Zamora a la novela erótica El año del calipso.

Renée Clémentine Lucien propone el análisis de la obra teatral El enano en la botella, también perteneciente al tríptico teatral Ceremonias para actores desesperados. Por su parte, Daniel Nemrava incita a una nueva lectura de El bailarín ruso de Montecarlo, cuarta novela del autor.

El texto del escritor y profesor Pablo Sánchez, «La independencia del escritor hispánico y la Revolución cubana (posiciones y testimonios anteriores al ‘caso Padilla’)», propone una revisitación del campo literario cubano, de las coordenadas que ha irradiado el proceso político cubano desde 1959.

Alejandro Barrera realiza un estudio del espacio en el teatro de Abilio Estévez desentrañando claves entre mundos oníricos y realistas, y haciendo partícipe al espectador de la puesta en escena.

Cierra el libro la conferencia «¿Con quién casamos a Eugenia?», ofrecida por el autor homenajeado. Estévez propone en ella una especie de bildungsroman condensado; ruta y emotivo recuento de vivencias y lecturas. Se trata de otro agregado a esta edición que la hace significativa más allá del valor genuino de los textos críticos reunidos.

Establecer precisiones pormenorizadas dentro del campo literario cubano es tarea ardua porque realizar esa planimetría conlleva fijar varias pulsaciones: emanaciones activas o menos activas de un riachuelo que ha corrido ininterrumpido a las aguas allende desde 1959, un desangramiento cotidiano.

Y si para Edward W. Said las grandes metrópolis del exilio masivo son Berlín, Londres, París, Estocolmo o Nueva York, para la producción literaria del exilio cubano no parece existir un lugar aglutinador. Ante esta falta de centro podríamos argüir la variedad de exilios y la parquedad de proyectos culturales, propia de la fragmentación de un éxodo carente de programas y liderazgos, lo cual dificulta más ese estudio.

Lo cierto es que si aquel exilio de Said no contaba, a su criterio, con cronistas a su altura, el exilio cubano tiene uno de primer nivel en la figura de Estévez.

La obra de Abilio Estévez dialoga con derecho propio en la gran tradición de la literatura cubana, y revisitar libros como Inventario secreto de La Habana es restablecer un diálogo, atar el cordón umbilical de la cubanidad. Su obra se adentra con brillantez en la conformación del relato y biografía del archipiélago cubano. Si en los inicios de su exilio en un piso barcelonés dudó en volver a escribir y la lectura de leyendas cubanas encauzó su creación, hoy sus libros ofrecen eso: un inventario inevitable del relato nacional, ese espejo roto en medio del mar.

 

La reseña original:

http://www.diariodecuba.com/de-leer/1531496941_40637.html

 

El libro:

 

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