Reseña de La sonrisa de la hiena. Enrique Gallud Jardiel

El humor es un producto de la inteligencia. El bruto, el ser primitivo, no ríe: se limita a sentir a expresar sus pasiones, sus deseos y sus miedos más atávicos. Por el contrario, para poder crear humor o apreciarlo hace falta un alto grado de sensibilidad, una mente cultivada, una base cultural, una disposición especial. Precisamos gran dominio de la lengua para apreciar los juegos de palabras, amplios conocimientos para entender la parodia y una visión crítica del mundo para valorar la sátira. Es por ello que debemos apreciar el humor como uno de los mejores productos de la civilización. Desgraciadamente, esto no ha sido así siempre y el humor se ha visto a veces injustamente menospreciado ante otros géneros literarios.

Por eso son tan necesarias obras como las que nos ocupa: una acertada selección de escritos de humor y otras cosas, agrupadas bajo el atrayente título de La sonrisa de la hiena, donde tienen cabida narraciones de muy variada índole, pero todas ellas permeadas por la originalidad, el buen gusto y la comicidad. Se trata de una empresa en cierto modo colectiva, una antología que es el resultado de una loable empresa: el Festival Internacional de Literatura y Arte con Humar, que la ciudad de Bilbao acoge para impulsar este tipo de narraciones. De entre lo mejor que se presenta a esa certamen de letras salen los cuentos que integran este volumen.

Estamos hablando de unas lecturas de calidad y que llevan el sello de la modernidad. Son una veintena de cuentos frescos, distintos, sorprendentes, en los que podemos hallar gran variedad de recursos humorísticos. Son narraciones breves, de muy fácil y amena lectura, que van directamente al núcleo argumental, que hacen que el lector se adentre de inmediato en su trama y disfrute desde el inicio de la lectura, sin perder tiempo en descripciones o digresiones innecesarias. Incluyen muchos hallazgos sorprendentes, muchos elementos y detalles originales. Pero su contenido no se limita sólo al humor, sino que abarca la descripción de muchas pasiones humanas y la reflexión sobre muchos otros temas políticos y sociales. Humor no es en absoluto sinónimo de superficialidad, sino una perspectiva más amplia e ilustrada de cómo entendemos el mundo que nos rodea.