Reseña de Ética de la verdad y de la mentira, por Blanca Rodríguez

Nada tiene de extraño que filósofos e intelectuales tengan un tema favorito, del que no sólo son especialistas, sino que además les apasiona y a veces incluso parece que les obsesiona, tal es la cantidad de tiempo, esfuerzo, trabajo, estudio y energía que le dedican. Nos pasa a muchos.

Cuando se trata de filósofos, tampoco es nada raro que dicho tema sea el de la verdad, que ya desde los orígenes presocráticos ha ocupado muchas mentes filosóficas, más o menos profesionales, y ha dado lugar, en sus diversas vertientes epistemológicas y morales a notables reflexiones, tratados y discursos (en qué consiste, cuáles son sus límites, cómo puede alcanzarse, su lugar en el universo moral etc.). Cuando el tema es la mentira, la cosa cambia y hacer de ella el tema central de la vida intelectual es casi (y sin casi) una originalidad.

Esto le sucede al filósofo y escritor Miguel Catalán, quién interesado, especializado y apasionado por la mentira, le ha dedicado tiempo, esfuerzo, trabajo, estudio y energía en cantidades asombrosas, como no puede sino esperarse de un intelectual trabajador, minucioso, perspicaz, agudo y erudito, a cuya mirada pocas cosas escapan y cuya mente nada deja por cuestionar.

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Reseña de Ética de la verdad y de lamentira, por Blanca Rodríguez

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